Es importante que nuestro perro sepa comportarse de la manera adecuada y nos haga caso cuando le trasmitimos una orden, no sólo dentro de nuestra casa sino también fuera de ella.

Al igual que sucede con las personas, la tarea de la educación de un perro puede ser sencilla cuando conocemos las pautas a seguir y tenemos claros nuestros objetivos. Sin embargo, si dudamos, no somos constantes o no seguimos los consejos correctos, puede resultar una tarea imposible.

Líneas de educación canina:

educar a nuestro perroExisten dos líneas principales de educación canina, que se suelen llamar «tradicional» y «positiva»: la “tradicional” está basada principalmente en el refuerzo negativo y en el castigo positivo, con acciones correctoras cuando el perro no responde como se espera. Y la “positiva” que consiste en el refuerzo positivo, premiando al perro cuando hace lo que se espera.

Encontramos también la dicotomía entre educar y adiestrar. Tradicionalmente se ha separado la educación de los cachorros del adiestramiento del perro joven y adulto. Y de acuerdo con esta diferenciación, la educación del cachorro se debe llevar de forma diferente que la educación/adiestramiento del perro adulto. Se argumenta que los cachorros no tienen la misma capacidad de atención que los adultos y además las herramientas de adiestramiento tradicional (collares de ahorque y de púas) pueden dañar con mucha facilidad el cuello de un cachorro. Sin embargo, en el adiestramiento positivo no se hace esa diferenciación, ya que los métodos empleados son efectivos para educar perros de cualquier edad. Además, no se emplean collares de ahorque o de púas, por lo que las herramientas empleadas no pueden dañar a los cachorros. A pesar de esto, se reconoce la limitación de atención de los cachorros y no se tienen las mismas exigencias que para los perros adultos.

Educar a nuestro perro:

Debemos establecer unas normas y unas órdenes que nuestros perros deben aprender a respetar, sin traspasar los límites de lo que se les impone. Pero también nosotros tenemos que hacernos respetar, no contradecirnos y ser firmes y constantes.

Debemos enseñar ciertas pautas de obediencia al perro desde que es un cachorro. Con cuatro meses ya puede obedecer órdenes básicas, como acudir cuando se le llama.

Las órdenes que demos se deben ensayar una y otra vez y tienen que ser siempre las mismas. Es decir, utilizar siempre la misma palabra para la misma orden. Esta orden puede ir acompañada de algún gesto, ya que es importante también el lenguaje corporal.

Se puede  buscar también el juego cuando ensayamos estas órdenes y cuando el perro responda de la manera buscada recompensarle. Premiarle por ejemplo con un snack Compy, felicitarle y hacerle caricias…

Debemos ser constantes, firmes y no contradecirnos. No podemos hacer excepciones a las reglas que marquemos y decirle un día una cosa y al siguiente la contraria, puesto que el perro puede confundirse y entender que esas normas se las puede saltar. Además, todos los miembros de la misma familia deben actuar en la misma línea.

Con paciencia, constancia y estos consejos que te dejamos aquí, esperamos que la ardua tarea de la educación sea más llevadera.

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